ÀNIMA NEGRA
La historia de Ànima Negra empezó, como muchas otras historias, por casualidad cuando tres amigos mallorquines, Francesc Grimalt, Pere Obrador y Miguel Ángel Cerdà se propusieron elaborar un vino con uvas autóctonas de los campos de los alrededores.
Desde el principio, y contra corriente, apostaron por varietales autóctonos como la callet, el fogoneu o el mantonegro en un momento en que la gran mayoría de bodegas de la isla se estaban decantando por uvas menos arriesgadas como la cabernet sauvignon. El resultado son unos vinos tremendamente personales, complejos y elegantes que ya son conocidos fuera de nuestras fronteras y que a nadie dejan indiferente.
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